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En la Liturgia de la Palabra escucharemos una profecía de Isaías (1ª lectura) sobre el Siervo de Dios que se rebaja hasta la muerte. Responderemos con el Salmo 30: "Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu". En la 2ª lectura (Hebreos) se nos presenta a Cristo como autor de salvación eterna. El Evangelio es el relato de la Pasión según san Juan. Después de la homilía se hace la "Oración universal": ante la muerte de Cristo elevamos nuestra oración solemne a Dios Padre. Se trata de diez peticiones seguidas, cada una de ellas, de una oración.
Una segunda parte de la celebración se centra en la adoración de la santa Cruz. El misal propone dos formas de realizarla, pero en ambas la cruz debe estar descubierta y poco a poco se desnuda mientras se canta tres veces: "Mirad el árbol de la Cruz donde estuvo clavada la salvación del mundo", a lo cual se responde: "Venid a adorarlo". En el momento de la adoración el misal propone la antífona "Tu cruz adoramos", los "Improperios" y el himno "Oh cruz fiel..".
Por último, se pone un mantel sobre el altar desnudo y el sacerdote traslada el Santísimo Sacramento desde el lugar de la reserva hasta el altar en silencio y da comienzo el rito de la comunión con el rezo del Padre nuestro y, omitiendo el rito de la paz, se distribuye el cuerpo de Cristo. En el día de Viernes Santo no hay bendición pero sí una oración sobre el pueblo. La celebración finaliza en silencio y se desnuda nuevamente el altar dejando solamente la Cruz.
Sábado Santo...

Oscar Valado
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